Traducir dialectos es un gran reto para cualquier traductor. Los dialectos, mucho más que la lengua oficial de un Estado, "hablan" de la historia, la cultura y la sociedad de un país.
Los dialectos también expresan una infinidad de matices de significado: algunos de ellos se perderán inevitablemente en la traducción, pero el reto para cualquier traductor es conservar el mayor número posible de ellos trasladando al lector la mayor parte de la versión traducida.
En cuanto a los dialectos italianos, a muchos de ellos se les ha reconocido su dignidad como lengua. Sobre esta base se ha desarrollado un software de traducción automática capaz de mediar entre los principales dialectos de nuestra península y la lengua italiana.
¿De qué herramientas metodológicas dispone un traductor profesional para enfrentarse a la complejidad de los dialectos del mundo? ¿Y tiene sentido utilizar programas de traducción automática en este contexto?
Traducción dialectal y traducción dialectal
La traducción dialectal se basa en lo que los profesionales del sector llaman equivalencia dinámica. En este tipo de equivalencia, las palabras del texto original y del texto traducido consiguen generar el mismo efecto en los lectores aunque no coincidan completamente en el nivel semántico.
Este es el único enfoque realmente eficaz para la traducción de dialectos, que tienen la particularidad de despertar en el lector sensaciones, suposiciones y asociaciones absolutamente únicas.
Por poner un ejemplo de una equivalencia dinámica muy famosa, pero quizá poco acertada, en la serie de televisión Los Simpson aparece Willie, un personaje escocés, con rasgos somáticos y culturales típicos de Escocia (barba roja, costumbre de llevar kilts) que, en la adaptación italiana, habla un italiano con fuertes influencias del dialecto sardo. Se trata de una adaptación bastante cuestionable, que crea una sensación de lejanía entre los italianos que ven el producto: ¿por qué un hombre de barba roja que lleva una falda escocesa debería hablar en sardo?
Al hacer esta elección, los traductores tuvieron en cuenta la similitud geográfica y cultural entre Escocia y Cerdeña. Ambas están aisladas del resto del Estado al que pertenecen, habitadas por personas de carácter recto, orgullosas de su independencia y de sus raíces culturales. Incluso con estas premisas, ¿funciona la adaptación? Quizás no muy bien, pero para los adaptadores era la mejor opción.
Cuando se trata de traducir de una lengua a un dialecto, nos enfrentamos a un problema mucho más raro y a una serie de retos diferentes.
Cuando se aborda este tipo de traducción con fines no profesionales, se pueden utilizar traductores automáticos (como el traductor de siciliano) que están disponibles en línea de forma gratuita.
El traductor de Google no tiene en cuenta los dialectos (al menos por ahora) y se trata de una elección basada únicamente en el número (ciertamente pequeño) de usuarios que podrían estar interesados en utilizar esta función.
Sin embargo, las herramientas en línea para la traducción hacia o desde un dialecto son más bien rudimentarias, incapaces de captar la profundidad y la complejidad de la traducción, o más bien de la "representación" de un dialecto dentro de un trabajo de traducción o adaptación.
Sería impensable considerar el uso de estas herramientas exclusivamente para la traducción de un texto destinado a un uso literario o comercial: en este caso, el uso de traductores profesionales es siempre estrictamente necesario.